sábado, 29 de septiembre de 2012

FERIAS LIBRES PARA TODOS



A gamba y a cien,
a luca o a quina lo puede tener.
Por kilo, por pila o por unidad,
fresquito cacera, acérquese, venga a probar
el exquisito elixir,
la mezcla del cielo, la tierra y el mar.

Oh, juguera notable,
he flotado por todas tus calles
en las cuales consigues exprimir con delicioso detalle
la más grande expresión y el más bello de los frutos salvajes:
la humanidad, en una sola y preciosa aleación de manjares,
de olores, colores, sabores, sudores,
texturas y sonoras frescuras.
Humanidad sedienta del jugo abundante
que brota de las manos entrelazadas del trabajo y la tierra.

Ya por Malaquías Concha, ya por Carlos Dittborn, 
Las Hortensias o La Marina: portales a otras dimensiones, 
aduanas a naciones selváticas, tropicales y exóticas; 
mundos estelares, levantados sobre soles ardientes, 
calurosos, húmedos y sabrosos; 
tanto, 
tanto como esos cajones dulces de cerezas, 
plátanos, duraznos y manzanos 
–‘delicia roja’ le llaman los ‘kapaxianos’– sí; 
tanto como esas jugosas naranjas, pepinos y sandías 
que reaparecen, migrantes, 
como aves multicolores, 
como cigarras, como mariposas estivales, 
como fuchsias magaellanicas, 
como el Halley o el Elenin.

Y así, como estos dos cometas, 
una fuerza irresistible, cautivante, 
me atrapa y me conduce, 
se introduce en mi piel y me seduce, 
una hipnosis que penetra mis ojos, 
mis narices, mis oídos, me reduce 
a la figura de una nube que sube del mar, 
que baja desde los cerros y busca respirar, 
oír, sentir y observar 
esa galaxia divina, la feria; 
y sus notas verdes, rojas, blancas, amarillas, marones; 
su diversidad, su esplendor, coronas, joyas, 
realeza cadenciosa, vapor de mieles, 
transubstanciación de manjares angélicos 
herederos del viejo Edén. 
Todo en tu cuerpo, en tu serpentear, 
es un continuo estímulo a los sentidos; 
un coctel de placer y rechazo, 
fealdad y belleza unidas en armonía. Y en detalles.
ODA A LAS FERIAS LIBRES
RICARDO MALDONADO
POETA POPULAR


Cuando trato de recordar acerca de mi niñez, los recuerdos son cada vez más vagos y  confusos. Ya saben, la mente es frágil y el tiempo no pasa en vano. No sabría decir por ejemplo a que edad empecé a caminar, a que edad aprendí a leer, a que edad deje de usar pañales, ni mucho menos  a que  edad que dije mi primer garabato, lo cual seguramente marca un hito en una persona tan ávida de groserías como yo.

En fin. ¿En que iba?. Ah sí!. Mi niñez!.

Bueno, pese a todo esto uno de los recuerdos que más claramente sale a flote de mi inconsciente, tiene relación con “La Feria, ” y el en esos tiempos ya destartalado carrito de compras, el que hasta el día de hoy vive de jubilado en el antejardín de mi casa.

Esta desagradable autorreferencias sin embargo,  no es mera coincidencia, ya que la idea que trato de plasmar apunta a que La Feria ha estado en nuestras vidas desde siempre.

Erase una vez,  en que la vida se volcaba de forma íntegra en torno al barrio.

La pichanga, el almacén de la esquina y el  vecino sin corazón que no devolvía las pelotas eran parte constitutiva  de nuestra vida y de nuestra cotidianidad.  Asi mismo las frutas y verduras eran patrimonio exclusivo de la Feria, los abarrotes del Almacén y las carnes y sus derivados de la Carnicería. Punto.  Eran los años 80 y al ritmo de los Prisioneros, el mercado minorista de barrio abarcaba un 70% del comercio versus  un 30% de los supermercados.

Pero así tal como la vida misma , nada es para siempre y este tipo de economía minorista fue abofeteada por los grandes consorcios empresariales que disfrazados de asexuados elefantes, empáticas Josefinas y la infaltable melodía de “ La Chica de Ipanema” sonando de fondo , llegaron para quedarse hasta el fin de los tiempos. (2012 si todo sale según lo planeado).


Sin embargo y pese al maquiavélico engranaje de estímulos que los supermercados ofrecen  , Las Ferias siguen siendo una opción real de alimentación sana,  vida republicana  y de acercamiento a nuestros orígenes. Lugar  en el cual por arte de magia el muchas veces fugaz billete de diez mil pesos, pareciera volver a tener un valor real y significativo.


Es así que con un constante espíritu de modernización las Ferias libres han sabido adaptarse a los nuevos tiempos.

Ya no es extraño encontrar Ferias que ofrezcan sistema de Red Compra, clases de cocina, mini factorías de alimentación saludable  e incluso charlas a apoderados de colegios del sector, relativas a alimentación sana de sus hijos. Esto sumado al hecho de  que para la Feria conceptos tan diabólicos como la inflación pasan inadvertidos, constituyen un sentimiento de responsabilidad social fuerte y sostenido, algo  muy extraño en nuestra linda sociedad de libre mercado, en el que estos conceptos pareciesen ser sacados del más rudo fundamentalismo hippie.

Así mismo conceptos tan abstractos como la seguridad alimentaria cobran claro sentido, remarcando el hecho de que las Ferias junto con mejorar el acceso a alimentos nutritivos y saludables a un precio accesible para el grueso de la población , también  ayuda a incrementar los ingresos de pequeños productores que no tienen cabida en el despreciable negocio de las grandes ligas.

Hoy en día y solo en el Gran Santiago, encontramos la no despreciable cifra de 372 ferias libres, repartidas en la gran mayoría de las comunas.

La recuperación de los espacios público a través del salir a las calles, ir a la feria, ir al almacén o simplemente conocer nuestro barrio y a nuestros vecinos (y vecinas), debe ser el pilar fundamental en el renacer de una vida mas sana, mas justa y mas representativa de nuestro pueblo, en el que la Feria cumple un rol protagónico. Como dicen por ahí...Todo tiempo pasado fue mejor.

Que viva la Vida!!!!

Que vivan los Barrios!!!

Larga vida a la Feria!!!!

sábado, 8 de septiembre de 2012

PERSA BIO BIO.... POR UNA COCINA DE CALIDAD Y SIN LUCRO (NI LOCRO)





Un paseo imperdible de fin de semana para cualquier FoodBlogger será siempre relacionado con buscar y buscar nuevos nichos gastronomicos que puedan saciar nuestra sed por lo nuevo, por lo diferente.
Un lugar que nunca falla como propuesta multicultural es sin duda el PERSA BIO BIO… ubicado en el barrio Franklin se posiciona dentro de los nuevos circuitos para las mas intrepidas lenguas y paladares.
Sin embargo un Food Blogger no puede dormirse en los laureles y caer dentro del conformismo habitual de las lenguas no entrenadas:
Puntos a considerar:

Ir al persa en primer lugar es un paseo por si solo: cachurear es algo tan inherente al humano (exceptuando el mal de diogenés obviamente), lo que hace que este paseo sea una bomba atómica a nuestros sentidos y a nuestras ansias de consumismo.

Ir en auto es un cacho: Hey!! para que andamos con cosas; 3 lucas por estacionar no nos deja ajenos…. así que el metrito no es mala opción

El persa no es un buen lugar para ir muy emperifollado : Será muy típico y muy pintoresco, pero creame que sus camaras fotograficas, celulares, carteras y joyas serán un Imán.. para los amigos de lo ajeno..

En fin…  llegamos a eso del medio día, con un hambre del demonio. Pese a nuestra hambre desproporcionada, tanto estimulo visual no nos permite ir directamente a lo nuestro, y el vitrineo es algo obligado.
Luego de sortear este dificil camino llegamos a nuestro primer objetivo.

Los juguitos Naturales: Si hay algo que se saca un rotundo 7 con estrellitas y caritas contentas son los jugos naturales del persa. Por solo 1200 pesos te puedes tomar un exquisito jugo recién exprimido de las mas exoticas y frescas frutas y verduras disponibles. La eleccion fue Papaya Rapa Nui por un lado.. y Maracuyá por otro. Simplemente perfecto. Los jugos naturales se encuentran ubicado en calle Franklin, justo al lado de nuestra mayor perdición persiana: LAI THAI

LAI THAI: Bueno, la comida Thai del persa Bio Bio se ha puesto shuper taquilla, hipster y digna de instagram para los mas loquillos. Pese a malas experiencias anteriores, esta vez hubo un re enamoramiento con LAI THAI (algo asi como un remember) . Su pollo al Maní o Sate Gai ,cuenta con un sabor nuevo, fresco y mas que probado. Los platos rondan entre las 4 y 6 lucas. Un Buen FoodBlogger te recomendaría compartirlo con tu acompañante a modo de poder conocer diversos sabores . Hay que decir que sentarse en la barra es toda una experiencia, ya que ver a estos diminutos Thailandeses al ritmo de la radio corazón cocinando en medio del persa, no deja de ser surrealista y pintoresco. En fin, esto era nuestro Starter o aperitivo, el plato de fondo estaba en el Galpón Numero 1.






Galpón Numero 1

Este galpón es una oda a la multiculturalidad; PERUANOS, COLOMBIANOS, MEXICANOS, JAPONESE, CHINOS Y CHILENOS; ofrecen sus productos gastronomicos en distintos formatos y precios, lo que me recuerda aquellos mercados culinarios en Sydney, con su gran ajetreo y vasta oferta. 

PERO!!!!!!!!!!! llevados por nuestro instinto elegimos a nuestros queridos amigos peruanos. 
Era el restaurante mas Pro y se veia el mas limpio. “Doña Berta con Cariño”... Pedimos empanadas de Lomo Saltado a $500 con una rica salsa de ajo. La empanada era bastante pobre, y de dudosa cadena de frio. De fondo pedimos un Ají de Gallina a $4000. A ver… este restaurant se me hace como un sodexho peruano. Comida sin sabor, a granel, a base de premezclas ,poco cariño y olor a microondas . No estaba malo… sino que fome y muy mal estandarizado. El otro plato fue un seco de Mariscos. Mala opción. De partida comer mariscos en el persa no es una buena idea, pero tomamos el riesgo. Al igual que nuestro Ají de gallina, le falto sazón peruano, picardía y picor. Un plato pobre y caro ($5000). Todo esto acompañado de salsas picantes, que al parecer era lo unico que le quedaba rico a esta tal Berta. Finalmente el postre; obvio que un supiro Limeños ($2000). Salvó la plata, pero he comido mejores… muchos mejores…  Es así como “Doña Berta con Cariño”, lo único que hace es reivindicar que lo que menos tiene es cariño y mas que una nota se gana todo nuestro repudio y quizás una patada en el culo.

Después de toda esta travesía, no nos queda mas que decir que no hay que confundir conceptos como pintoresco con mala calidad. Los espacios están dados, la gente está dispuesta. Pero PORFAVOR !!! exijamos más y mejor.

viernes, 7 de septiembre de 2012

DESPUÉS DE DIOS... ESTÁ LA VEGA










Es de madrugada y ese frío seco de invierno tan característico de nuestro Santiago querido cala nuestras cabezas como si fuese una juvenil resaca de pisco barato. El sonido ambiente es levemente  surrealista para el horario, así como lo es el aroma a fruta en vías de putrefacción que se disfraza de manjar para vagabundos madrugadores que se mueven con soltura entre camiones y la  cómplice dinámica comprador /feriante que parece sacada de los mas didácticos textos de economía doméstica.


                              Este es el panorama que encontramos hoy en la Vega Central, el cual no dista mucho de lo que nuestros tatarabuelos también fueron testigos desde su creación en 1895 . De este modo más de un siglo de existencia en el cual han transitado mas de una veintena de Presidentes (dato freak), avalan su irrefutable status  de principal Mercado de Abastos de nuestra ciudad.

Empotrada en el corazon de Recoleta e Independencia, La Vega emerge como una vecina coqueta y empoderada a la vez, en un barrio multicultural que cobija  desde el  Mercado Central (su primo hermano),  hasta el cementerio general, pasando por por la pergola de las flores (un infierno para los alergicos)  y la esquizofrenia contenida del  hospital psiquiatrico.

Con la frente en alto y de manera estoica , La Vega ha sabido soportar el sucio y duro embate de la comida enlatada imperecible del lado oscuro de la fuerza, mediante una defensa acérrima al producto natural, es decir; al tomate que huele a tomate , el ají que pica dos veces ( a veces 3)  y manzanas tan rojas como los mismisimos ojos de Lucifer.

Además de esto y con un perspicaz e inteligente sentido de la reinvención, La Vega ha sido la  gentil y noble anfitriona de la riqueza gastronómica de nuestros países vecinos, los cuales han encontrado en La Vega un lugar de acogida para sorprendernos y deleitarnos con su amplia variedad de productos y sabores desconocidos hace tan solo un par de años atrás. Peruanos y colombianos principalmente nos ponen a disposicion su riqueza de productos, los cuales poco a poco se van incorporando en nuestra cotidianidad.


Como si fuera poco, cruzando la calle nos encontramos con la denominada “Vega Chica”, la cual es poseedora de un amplio mercado gastronómico el que resalta por su abundancia y precios que en ocasiones alcanzan la ridiculez, como el sublime caldo de pata por 500 pesos o una rica cazuela componedora por solo 1 luquita. Obviamente el pancito y el pebre mega cuchareado corren por cuenta de la casa. Ni hablar de las cocinerías  peruanas y colombianas que gozan de una  popularidad que mas de algun candidato presidencial quisiese tener.

Sería injusto y poco prolijo a la vez, recomendar alguna cocinería en particular,  ya que no pretendemos bajo ningun motivo influenciar vuestro libre albedrío. 
La idea es que tus instintos hagan el trabajo, experimentar el vértigo de arriesgarse a una experiencia distinta alejada de la siutiqueria de mantel largo, y mas enfocado en el sabor y enjundia de la verdadera comida del pueblo. Una comida sencilla y sabrosa  sin mas pretensiones que una guatita llena y un corazon bien  contento.

Vagabundos, cesantes,dueñas de casa, borrachos, viejas pitucas, apitutados y marginales, sean todos bienvenidos a  La Vega Central, abundante y generosa con todos sus visitante y fiel compañera de su  pueblo en tiempos de vacas flacas. Lugar imperecible al paso del tiempo, de alegría intrinseca, que día a día  yace en los rostros  de todos aquellos comerciantes llenos de picardía y sonrisa fácil que hacen de La Vega un lugar único y sin lugar a dudas uno de nuestros imperdibles favoritos de SCL.






sábado, 18 de agosto de 2012

QUE VIVA SANTIAGO!





Si excavamos en  imágenes icónicas que pudiesen sintetizar el espíritu de Santiago, probablemente nos encontraríamos con conceptos relativos a la delincuencia, la nube negra que nos cubre gran parte del invierno,  nuestro peculiar sistema de transporte o ese inentendible ritmo de vida correspondiente a una urbe,  tan urbe para sus cosas.


Sin embargo hay que ser el más vil de los  incrédulos para no percatarse de que nuestra ciudad hace ya un buen rato está adquiriendo nuevos y refrescantes  aires. Un nuevo espíritu se respira en el ambiente , en el que prima el rescate de lo urbano, del callejeo, de la bicicleta y  la reivindicación de los espacios públicos como espacios democráticos de expresión, tolerancia  y libertad, alejado de ese extraño conservadurismo y  miedo al ridículo que tanto nos ha estancado desde tiempos inmemoriales  como sociedad .

Así como nuevos aires se respiran en el ambiente, nuevos sabores van desentrañándose desde el Underground de la urbe. Sabores que nos identifican como cultura y nos definen como sociedad. Saboresmulticulturaless,  atrevidos y de los mas variados. Ahí. Al alcance de nuestra mano y en muchos casos camuflados  en vitirinas alejadas de pomposidad,  a la vuelta de la esquina.

Los invitamos  a entender esta misteriosa ciudad  desde un punto de vista subjetivo y personal enfocado en nuestra interpretación y relación con Santiago,  desde sus raíces culinarias más republicanas,  hasta aquellos conceptos innovadores  que han llegado para quedarse .